sábado, 16 de abril de 2016

Un matrimonio feliz, es un matrimonio saludable.

Un matrimonio feliz, es un matrimonio saludable.

El matrimonio puede parecer tan anticuado como el tono sepia, pero la investigación repetida muestra que las personas que permanecen casadas con una persona con características pasivas y humildes son estadísticamente más felices y viven más tiempo que sus contrapartes no casadas. ¿Sabes es perfecto, pero muchos son felices, pero hasta esos matrimonios tienen sus problemas y dificultades, pero hay un por qué, en que algunos matrimonios funcionan y otros no, afortunadamente para este artículo, lo que hacemos es analizar por qué unos si y otros no.

 Por supuesto hay matrimonio no permanente ,  sólo tú y yo podemos mantener una estabilidad dentro de una relación. Siga estas estrategias y quién sabe, tal vez usted durara  cincuenta años de casado con su pareja, con mucha salud, beneficios psicológicos, y una felicidad que embellezca tu alma.

 Sea realista con sus expectativas de relación:

El romance es maravilloso y viendo lo mejor de su pareja es una forma segura de mantener el amor y la intimidad,  vas a tener años con su cónyuge, es tiempo suficiente para ir conociendo cada cosa y así mantener un matrimonio estable. En la primera agonía de la pasión, el objeto de nuestra atención romántica puede parecer perfecto, pero entonces comienzas a descubrir sus pies de barro. En este punto, para que el matrimonio dure tenemos que ver más allá de las debilidades personales y manías, después de todo, nadie es perfecto. Todos los matrimonios deben trabajar, no  esperes que todo sea sin esfuerzo, hay que aprender a superar las cosas pero junto con su pareja.

Alguna vez has notado que algunas personas nunca pueden disculparse, no admitir que estaban equivocados, no decir ¡Lo siento! Y dejar que la otra persona olvide lo sucedido, esos son los que son mucho menos propensos a llegar a ser o permanecer casados.


Una encuesta realizada en San Francisco, encontró que las personas que se quedan felizmente casados ​​tienen el doble de probabilidades de ser capaces y dispuestos a pedir perdón a sus socios como divorciados o solteros. La encuesta encontró que las personas felizmente casadas son un 25% más propenso a pedir disculpas en primer lugar, incluso si sólo se sienten parte de la culpa. Dentro de las personas divorciadas y solteras encontraron alguna que  se  disculparon y otras no, las que pidieron disculpas duraron más en la relación que las que no lo hicieron.


El romance y la pasión pueden atraer a las parejas, pero el compromiso y el respeto será el reto que deberán superar para mantenerse firmes en la relación, aprender a decir  lo siento es muy primordial en un matrimonio.